La Generalitat de Catalunya y el negocio de la nieve
La Generalitat de Catalunya ha ido nacionalizando el negocio
del esquí. Actualmente tiene la propiedad de las estaciones de la Molina, Vall de Núria,
Espot, Port Ainé y Vallter (de esta última controla un 60,2% de las acciones
desde 2013). Según los balances de cierre que acompañan a la memoria de Ferrocarrils
de la propia Generalitat , la estación de Vall de Núria es la que mayores
pérdidas genera: 3,05 millones (las ha reducido en medio millón en un año),
seguida por La Molina (2,86 millones) y Espot y Port Ainé, que comparten
contabilidad y perdieron 1,29 millones de euros en 2013. Vallter se apuntó unos números
rojos durante ese ejercicio de 964.729 euros. Apenas ganan dinero las tres
estaciones privadas que quedan: Baqueira Beret, Masella y Port del Comte. El resto pierde.
Son unos números rojos que el Gobierno catalán
intenta disimular y no salen en sus presupuestos, pero que constan en las
cuentas económicas de 2013 de Ferrocarrils de la Generalitat (FGC), la compañía
que se ha encargado hasta ahora de gestionar todas las estaciones públicas. La
empresa presidida por Enric Ticó ha sostenido siempre que su división
de montaña, que engloba el negocio de esquí, además de otras actividades,
cubría con sus ingresos los gastos generados por su actividad conjunta e
incluso lograba un pequeño excedente, que permite que la Generalitat no tenga
que asumir un cargo adicional a cargo de sus Presupuestos que tienen que aprobarse en el Parlament.
La Generalitat sostiene que el negocio del esquí genera un
impacto de 350 millones de euros en Cataluña. Y que esa actividad económica se
centra sobre todo en comarcas de montaña que viven de la agricultura y la
ganadería y del turismo. De ahí que asuma como un mal menor los más de siete
millones de euros de pérdidas anuales que le provocaron en 2012 y 2013 las estaciones
de la Molina, Vall de Núria, Espot, Port Ainé y Vallter (de esta última
controla un 60,2% de las acciones desde 2013). Todas ellas son la principal
industria de su comarca respectiva y, según un estudio de Esade, por cada euro
que gasta un esquiador cuando compra un forfait, se generan 12,37 euros en
restauración y actividades vinculadas al esquí.
Fue ese punto de equilibrio el que jugó en contra, entre otros factores, de que la empresa ferroviaria asumiera la propiedad de Boí Taüll, que ha quedado bajo el paraguas de la empresa Avançsa. Ahora la Generalitat ha tomado posesión de la estación de ski de Boí Taüll, propiedad de Promocions Turístiques de la Vall, que es un desastre en términos económicos. Pierde dinero cada año, la Generalitat lleva dos años dándole créditos preferentes y ya acumula pérdidas de más de 7 millones de euros. Con estas condiciones: “asumir el crédito de 7,3 millones y aportar otro millón para la compra de otros activos necesarios para asegurar su actividad”. Asi que van y encargan la gestión de la estación durante los próximos cinco años a Promocions Turístiques de la Vall, sí, han leído bien, los mismos que la han llevado a la ruina.
Para acabar, el contrato de arrendamiento de la Generalitat con
Promocions Turístiques de la Vall incluye una ventajosa opción de compra
por parte de esta última al acabar el período de 5 años.
¡Menudo chollo! Yo también quiero que la Gene me rescate,
pague mi hipoteca, me renueve la cocina y al cabo de cinco años pueda
recomprarle mi casa a precio de ganga.
Petunia Pérez
ResponderEliminarqué desastre de gestiones, y pagamos siempre los mismos a golpe de impuesto!
pepe
ResponderEliminarImagino que todos los altos directivos de la gene tendrán forfaits gratuitos. ¿Alguien sabe si es así?
Felipon
ResponderEliminarCuando los politicos juegan a empresarios al final los ciudadanos terminan pagando grandes facturas. No aprendieron de Spanair, ¿cuanto será la mordida de esto?