El Robo del siglo - (Textos escogidos)
El victimismo es un concepto poderoso en la psicología y en
la política. Al depositar toda culpa de los males propios en otra persona, la
víctima se siente reforzada en su superioridad moral y nunca es responsable de
sus actos ni debe rendir cuentas por las consecuencias de los mismos. Dicha
actitud, como las setas venenosas, tiene un peligroso atractivo para algunos
individuos, sintetizado de manera acertada por Michael Novak en la siguiente
idea: “Usted sufre, su sufrimiento es causado por otras personas; hay que
destruir a esos opresores”.
En ”Historias del puente aéreo” tuvimos ocasión de exponer,
e incluso comentar con algunos de nuestros lectores, nuestro punto de vista
sobre el papel central que juegan el odio y la manipulación de la historia en
la estrategia secesionista del nacionalismo catalán. Hoy no esperamos menos
controversia; desmenuzaremos las cuentas y los cuentos del “expolio fiscal
catalán”, comprobando como el victimismo y la insolidaridad son la raíz de la
propagación de dicho mito. Seguiremos haciendo uso del máximo respeto hacia
nuestros compatriotas catalanes, pero ya les aviso de que seremos igualmente
firmes y combativos frente a muchas de las acciones y opiniones políticas de
dentro y fuera del principado. Agárrense fuerte, que vienen curvas y no queda
sino batirnos.
Las cuentas: la quiebra de la Generalidad de Cataluña
Hace treinta y cuatro años se ratificó, mediante un
referéndum realizado en toda España, el texto de la Constitución actualmente
vigente. La participación en Cataluña representó un 68% de los más de cuatro
millones de electores, cifra comparable a las más altas registradas en la
región desde entonces. Más del 90% de los votantes catalanes se mostraron a
favor de un texto constitucional que se fundamentaba en la indisoluble unidad
de la Nación española y reconocía y garantizaba tanto el derecho a la autonomía
de las regiones como la solidaridad entre todas ellas y entre todos los
españoles.
En el decurso de treinta y cuatro años de gobierno
catalanista, Cataluña ha desarrollado plenamente su derecho a la autonomía,
asumiendo todas las competencias a las que la Constitución le faculta y
contando para ello con unas reglas del juego conocidas de antemano para la
disposición y asignación de recursos económicos con los que llevar a cabo sus
políticas. Sin embargo, a pesar de ser conocido el mecanismo de financiación de
la comunidad autónoma, la mayor parte de los gobiernos catalanistas ha
incurrido de manera sistemática en gastos muy superiores a sus ingresos. Así,
con una deuda regional de casi seis mil euros por ciudadano, Cataluña admitió
su situación de insolvencia en julio del corriente y solicitó el rescate al
gobierno de España. Mientras se manifestaba a favor de la independencia, el
gobierno catalán recibía de la administración central los primeros 5.570
millones de euros. En octubre, de manera casi testimonial, Cataluña sufría una
nueva rebaja en su calificación crediticia, hundiéndose aun más en la categoría
de bono basura, con el mismo nivel de riesgo que Angola.
Los cuentos: el mito del expolio
Aunque la queja viene de antiguo, coincidiendo con la
proximidad de la quiebra de Cataluña, los políticos nacionalistas elevaron el
tono de las lamentaciones sobre el tratamiento “injusto” que recibe la región
en el reparto de cargas y beneficios fiscales del Estado en su conjunto. En la
calle, algunos niños y mayores repiten obedientemente la consigna “España nos
roba” y en la cabeza de una gran mayoría de ciudadanos ha germinado la idea de
que reciben un trato fiscal discriminatorio por el hecho de ser catalanes. En
foros más ilustrados se llevan a cabo estudios para calcular la balanza fiscal
de Cataluña con la administración central, en uno de los cuales y en sus
réplicas nos fundamentaremos para demostrar los dos errores en los que incurre
el argumento, descubriendo el victimismo y la insolidaridad que se esconden
detrás del mismo.
Primer error: de concepto
Dice el departamento de economía de la Generalidad que por
cada euro que la administración central recaudó en Cataluña en 2009, 43
céntimos se gastaron fuera del territorio. Asumamos que el cálculo fuera
correcto y tratemos de averiguar a qué respondería dicha circunstancia. Para
ello, recordemos dos principios básicos de nuestro sistema fiscal, ampliamente
aceptados en todo Occidente: el principio de capacidad económica y el principio
de solidaridad. En virtud del primero, los que más tienen pagan más impuestos,
y éstos se gastan en mayor medida en los que más lo necesitan; es decir, el
sistema discrimina en función de la capacidad de pago y la necesidad económica
y no del lugar de residencia, generando redistribución de la renta entre
individuos. Como consecuencia, dicha redistribución entre personas crea
constantemente desequilibrios fiscales entre territorios, lo que es reconocido
y aceptado en el ordenamiento jurídico merced al principio de solidaridad entre
regiones.
Por lo tanto, si los ciudadanos de Cataluña tienen una
capacidad de pago media mayor que los de Andalucía, es lógico que el conjunto
de los catalanes pague más impuestos y reciba menos gasto público que el
conjunto de los andaluces. La misma queja que entona el catalanismo podría ser
esgrimida por los madrileños, baleares, riojanos, castellanos o aragoneses y
por el mismo motivo (insolidaridad). Es más, en un imaginario estado catalán
que adoptare los mismos principios, los barceloneses sufrirían el “expolio
fiscal” por parte de los ilerdenses, por tener una mayor riqueza unos que
otros.
No resulta chocante que una organización antiespañola y en
la que se integraron los terroristas de Terra LIiure, como ERC, defienda la
insolidaridad frente al resto de España. Sí nos parece muy llamativo, sin
embargo, que un partido que redactó y apoyó la Constitución (CiU) u otro que
además presume de “social”, como el PSC, mediante su apoyo al pacto fiscal
catalán, se opongan sistemáticamente a la realización efectiva del principio de
solidaridad entre las distintas regiones y entre los distintos ciudadanos en
función de su capacidad económica.
Segundo error: de cálculo
La solidaridad, si va acompañada de la imposición, ni es
solidaria ni constituye una virtud. Asumamos ahora que tal vez una buena parte
de españoles afincados en Cataluña no quiera ser solidaria con la mayoría de
sus compatriotas residentes en el resto de España y comprobemos si es correcto
que de cada euro recaudado en la región solo 57 céntimos se gastan en Cataluña.
La Generalidad incurre en omisiones de gran calado en el
cálculo de dichos 57 céntimos de gasto, excluyendo del análisis casi un 40% de
los gastos del Estado en Cataluña como el gasto de la seguridad social y las
prestaciones por desempleo, los gastos financieros (para pagar, entre otras
cosas, la deuda catalana, por ejemplo) o las transferencias de la UE. Además, a
la hora de imputar a Cataluña los gastos comunes, como exteriores o defensa,
sigue criterios ilógicos, como considerar que los catalanes únicamente se
benefician del gasto en defensa incurrido en instalaciones o personal ubicado
en la región…asumiendo que los aviones de la base de Zaragoza solo defienden a
los aragoneses o los submarinos con base en Cartagena a los murcianos.
En la contabilización de ingresos, se utiliza el conocido
como enfoque del flujo monetario, cometiendo un grave error de cálculo: se
computa como ingreso propio de Cataluña el IVA declarado por las empresas
catalanas, independientemente del lugar de residencia del contribuyente que lo
soporta. Es decir, que el impuesto pagado por un andaluz al comprar una botella
de cava catalán se contabiliza erróneamente como un recurso catalán. Resulta
oportuno recordar que, en un imaginario estado catalán, la recaudación de dicho
impuesto nunca llegaría a Cataluña como hoy no llega a España el IVA que pagan
los ingleses que compran en las tiendas de Zara en Londres.
El profesor Pascual Fernández ha reelaborado el cálculo de
la balanza fiscal catalana corrigiendo las omisiones y errores comentados. Tan
solo teniendo en cuenta el gasto “olvidado” por la Generalidad, de cada euro
recaudado, 98 céntimos se gastan en Cataluña.
Si, adicionalmente, se emplea el
enfoque del flujo carga-beneficio, corrigiendo entre otros el error de cómputo
del IVA, la balanza fiscal de Cataluña tuvo un superávit de 4.000 millones de
euros en 2009. Es decir, que aquellos que, como la mayor parte de los
catalanistas, no crean en el principio de solidaridad entre ciudadanos y
regiones, pueden decir con total confianza que en 2009 cada catalán “le robó
más de quinientos euros al resto de los españoles”. En este blog, desde luego,
pensamos que esos quinientos euros deben ser generosamente destinados a
cualquiera de nuestros compatriotas que lo necesite, independientemente de su
lugar de residencia, por lo que no existe tal robo. Ello no es óbice para que
estemos totalmente en contra de que con nuestros impuestos se apoye a políticos
u organizaciones que buscan socavar los cimientos de nuestras instituciones, o
se financie la deslealtad a nuestra patria común.
La alternativa: el pacto fiscal ahora y la secesión después
o la secesión ahora
Con las finanzas públicas en quiebra y envueltos en
eslóganes falsos, victimistas y fáciles de vender, los nacionalistas, que se
atribuyen en exclusiva la voluntad de la ciudadanía catalana, han decidido dar
un paso adelante en el desleal “proceso de transición nacional hacia la
consolidación del derecho a decidir” (Artur Mas, 2010). Para ello, mientras con
la mano derecha cogían el dinero del rescate, con la izquierda solicitaban al
gobierno de España un pacto fiscal para equilibrar la balanza tributaria
catalana, calculada a su manera, como hemos visto. Dicho pacto violaría la
igualdad y solidaridad interterritorial en España y perpetraría la creación de
un sistema impositivo sin paralelismo alguno en el mundo avanzado, al no
existir ningún país en el que el gobierno central no pueda recaudar impuestos
en una parte del territorio.
Al verse inicialmente rechazados en sus petitorias, los
nacionalistas amenazan con la convocatoria de un referéndum para 2013 o 2014 si
el gobierno de España no negocia un estatus de financiación privilegiado para
la región. No se debe ceder al chantaje del pacto fiscal, porque detrás de la
injustísima alternativa que aparentemente pacificaría al catalanismo, se
esconde la ejecución minuciosa de un plan para la ruptura de España que se ve venir
desde que Prat de la Riba comparara, en sentido peyorativo, la compañía de un
español con la de un perro. Primero se hicieron con el control de la educación
y reescribieron la historia, después consiguieron pastorear en torno a sí buena
parte de los símbolos, instituciones, empresas y medios de comunicación
catalanes para, mediante políticas proteccionistas y algunas de ellas
presuntamente corruptas, controlar la opinión pública y el sistema económico.
La implacable expansión intervencionista les ha llevado a la quiebra, pero
esperan eludir su responsabilidad y huir hacia delante mediante el victimismo y
el “timo del pacto fiscal”. Sin embargo, con o sin arreglo económico, todos
sabemos que en su agenda el siguiente paso será la internacionalización del asunto
y el intento de secesión, con o sin referéndum.
Si hubiera decisión política para llamar a las cosas por su
nombre y hacer frente al chantaje y a la deslealtad con las armas del Estado de
Derecho, la mentira no camparía a sus anchas por España y asuntos tan serios
como la ruptura del pasado, el presente y el futuro de la unión se
sustanciarían sin falacias, sin engaños y sin coacciones. Ya hemos manifestado
que no creemos que debamos evitar el debate sobre la hipotética secesión de una
parte de España, pero éste debe fundamentarse en el libre acceso a la verdad
por parte de los ciudadanos, en la intervención de todos los afectados por las
graves consecuencias del asunto y en el respeto a nuestro Derecho.
Sin embargo, tal vez algún político de ámbito nacional
prefiera el oportunismo electoral, el “buenismo” o la cobardía, y abogue por no
hacer uso de las prerrogativas con las que se cuenta para hacer respetar
nuestras instituciones y nuestro ordenamiento. En ese caso, habrá optado por
unirse a los desleales compatriotas secesionistas, convertidos en enemigos de
España. A unos y otros, que no les quepa duda de que a los catalanes solidarios
y que no quieren dejarse arrastrar hacia la irrelevancia por la comodidad
intelectual del victimismo, y al resto de españoles de principios, nos
encontrarán enfrente.
Daoíz
https://noquedasinobatirnos.wordpress.com/2012/12/10/el-robo-del-siglo/#more-549
Verheerenden Vierte Reich
ResponderEliminarbuenas tardes señor Don Xavier Carrió Jamilá fijo que esto lo difundo.
Carajilloparty Liberales
ResponderEliminarlos tendremos q meter a todos los catalufos en una o varias pateras y como capitán de la peña al +...... Y TODOS AL MAR Y QUE BUSQUEN UN TERRITORIO Q NO TENGA DUEÑO Y SE ASIENTEN, HABLEN COMO CANES, SE COMAN ENTRE ELLOS Y CON LOS Q QUEDEN Q MONTEN UNA LIGILLA DE FÚTBOL.Nosotros, los españoles , desde nuestro país les aplaudiremos y descansaremos al fin !
Javier Martos Buzón
ResponderEliminarOye caramillo, la mayoría de los catalanes nos sentimos tan españoles como los demás. Incluso más, porque nosotros estamos en las barricadas frente al nacionalismo, en primera línea de fuego. Es muy fácil ser español en casi toda España, pero en nuestra tierra puede costarnos caro. O sea que las pateras te las metes donde te quepan
Carajilloparty Liberales
ResponderEliminarjavier, ante todo nunca quiero ofender a mis paisanos catalanes q son tan españoles como yo, por eso llamo catalufos, para diferenciar a unos de los otros, Perdona si te he ofendido, pero no iba por ti, si no por esos q se alimentan creando situaciones difíciles e irracionales
Miguel Sanz
ResponderEliminarpues estoy con javier...lo de catalufos sobra...somos catalanes a mucha honra y la bandera catalana (la senyera) es sabor a tres veces España...somos tan españoles como el primero ya k junto con castellanos y aragoneses fundamos el reino y nación de españa
Alberto Olivera Muxí
ResponderEliminarMenos llorar ,menos TVS ,MENOS CONSELLS ,MENOS DIPUTACIOMNES ,MENOS EMBAJADAS ( o NINGUNA) ,MENOS OMNIUNS , SUBVENCIONES AL CINE Y CLUPS DEPORTIVOS ,MEDIOS DE COMUNICACION ,NINGUN RECORTE ASANIDAD ,ENSEÑANZA , DEPENDENCIA Y RECORTES A EMOLUMENTOS DE GOBIERNO ,DIPUTADOS ,CONSELLERS ,ETEC ETC...
Jose Villar Campuzano
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo amigo, que se vayan a la Mi. con mayusculas...