Políticas activas de empleo

Políticas activas de empleo
El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero dilapida casi ocho mil millones de euros cada año para las llamadas "políticas activas de empleo", que hasta la fecha no han conseguido crear puestos de trabajo de forma a cambio sirven para financiar a los llamados "agentes sociales más representativos" y de paso callarles la boca.
Pero no sólo sindicatos y patronal tienen el privilegio de aligerar nuestro bolsillo a cambio de subvencionar cursos y "actuaciones" con escaso control, sino también las comunidades autónomas, que hoy reciben a través del BOE más de tres mil millones de euros para sostener el entramado burocrático de sus respectivos servicios de empleo y formación, lo que antes de que el estado transfiriera esta competencia se conocía como "INEM".
Ni un solo euro de estos tres mil millones va a destinarse a pagar las prestaciones del desempleo, abono que realiza directamente el gobierno central y que, por tanto, se tramita con cargo a otra partida presupuestaria. Este dineral que hoy reparte el gran Valeriano Gómez, 3.066 millones de euros para ser precisos, es el que el gobierno nos ha quitado previamente a todos los españoles sólo para que las comunidades autónomas repartan subvenciones para cursos, arreglen y mejoren las condiciones de los locales de los funcionarios del ramo, paguen a los expertos en "itinerarios de empleo" (sic), promocionen la economía social y satisfagan las prejubilaciones del sistema público de seguridad social, esperemos que no al estilo del PSOE andaluz.
Y como ni siquiera los socialistas más voluntariosos son capaces de mostrar un solo efecto positivo de la ingente aplicación de fondos públicos a estas "políticas activas de empleo", la solución del gobierno es doblar la dosis de la medicina, de tal forma que, a partir de este año, mil quinientos nuevos "orientadores" van a comenzar a prestar sus servicios por las oficinas del paro. La creación de estos mil quinientos puestos de trabajo, los únicos que Zapatero puede exhibir hasta el momento, nos va a costar a todos los españoles algo más de cincuenta millones de euros sólo en nóminas tal y como se detalla en la orden del ministerio de Valeriano que hoy publica también el BOE.
Si los quinientos mil parados que ya no reciben prestación alguna conocieran estos datos podrían hacer una operación tan sencilla como peligrosa, porque ¿Saben a cómo tocaría cada uno si en lugar de dar ese dinero a políticos, sindicatos y patronal se ingresara directamente en las cuentas bancarias de estas víctimas del zapaterismo? Pues a 6.132 euros por cabeza; más de lo que supone anualmente el subsidio de 400 euros que con tanta alharaca promocionó el gobierno en su día y que posteriormente ha retirado. Y no es demagogia. Sólo matemáticas.

Comentarios

  1. sonsonete

    Si queda algún político honrado y/u honesto le recomendaría que deje esa actividad y se dedique a su profesión. Esta "tropa" desmoraliza a cualquiera, soy autónomo y estoy hasta los hvs, de inyectar dinero en mi propia empresa, y que no me vengan con el cuento-máxima de que no la se llevar o que no soy competitivo, que se metan esa "jerga" por donde les quepa. Pienso que la sociedad necesita reaccionar ya, y revelarse contra esta pandilla de MANGANTES.

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  2. Alberto Olivera Muxí

    hay que contentar a los sindicatos y fastidiar a los trabajadores !por cierto!tambien a los banqueros qque parece que cobran poco

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  3. Alberto Olivera Muxí

    ¿este Valeriano ? ¿ no encabezaba la huelga contra las refomas del gobierno 1 A LO QUE HAY QUE ARRIMARSE!

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  4. Doich

    Nuevo sistema métrico
    Pellón = un millón de pesetas de cuando la Expo92
    Chavón= diez millones de euros
    Gallardón= ¿a éste cuánto le ponemos?¿igual a un terachavón, o a un petachavón?

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  5. Jesús Salamanca

    Sorprende que el Gobierno central destine tantos millones a las políticas activas de empleo y, sin embargo, no se vean resultados. Ahí están las cifras de parados. Posiblemente no exista mayor y mejor ejemplo. Tantos millones de euros no servirán para recuperar el empleo perdido pero sí para que los mal llamados “agentes sociales” vivan un poco mejor y disfruten al por mayor. Y junto a ellos, también disfrutan los ‘montajes’ autonómicos, verdaderos nidos de apadrinados, recomendados y ‘besamanos’ de ocasión. Hay propina para todos, pero sobre todo para engordar a los de siempre… que ya habían engordado con muchos otros repartos.

    A esos agentes sociales que se embolsan tanto caudal de dinero, hay que añadir las comunidades autónomas, también especializadas en meternos mano en la faltriquera y de paso sacar para sus cursos y sueños de grandezas. Lo que no entendemos es que esas mismas comunidades embolsen tanto dinero de las políticas activas de empleo y no solo no creen empleo sino que parecen trabajar para mermar los derechos sociales de la ciudadanía. Ejemplo claro lo tenemos en Castilla y León, donde desde la Consejería de educación se ha rebajado en muchos casos hasta un 42% respecto al año 2010, en lo que se refiere a los gastos de funcionamiento de los centros educativos.

    Miles de millones que sigue repartiendo el lenguaraz ministro, Valeriano Gómez. Hablamos de casi 3.100 millones de euros; es decir, y permítaseme la licencia, poco más de lo que gana un trabajador medio anualmente. Esos millones nos los restan a la ciudadanía y van a parar a las comunidades autónomas para que organicen cursos, cursillos, congresos, caceroladas, huelgas controladas y demás gastos a veces sospechosos y preocupantes. Véase el caso de los ERE de Andalucía, donde con dinero público muchos han obtenido jubilaciones sustanciosas. Eso sí, no faltan quienes empezaron a trabajar el día que nacieron y eso es un mérito añadido.

    Alguien debe explicar a los millones de parados cómo reparte el dinero el Gobierno de Rodríguez Zapatero, sobre todo entre el Sindicato Vertical Unificado, la patronal y las comunidades autónomas; estas últimas cada vez más endeudadas y con más problemas para hacer efectiva la nómina mensual de sus trabajadores, y todo ello por la nefasta y –en ocasiones– negligente gestión de los políticos de turno.

    El ministro de Trabajo utiliza el BOE como el que abre el cajón para repartir dinero, aunque lo hace sin criterio sin perspectiva, dados los nefastos resultados obtenidos, además de con sospechoso y provocativo interés. Por fastidiar que no quede pero seguro que sus correligionarios del sindicatos se lo agradecerán. De paso también le ‘besarán el anillo’ las comunidades autónomas, a quienes se les amplia la fiesta un tiempo más. Pero todo eso se paga. Al tiempo.

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