A gastar y gastar...

A gastar y gastar...

La situación de nuestra economía se va desintegrando día a día como azucarillo. Desde mayo, estamos al borde del precipicio, apoyados con la punta de un pie en una piedra resbaladiza, sin terminar de caernos, pero sin acertar tampoco a recuperar el equilibrio apoyando las dos piernas en tierra firme. Llevamos meses que parece que vamos finalmente a caer, pero nos van dando las malas noticias en pequeñas dosis hoy las cifras del paro, mañana es por la bolsa o pasado es por la prima de riesgo que no es precisamente la prima de Ciudad Real.

Mientras el Gobierno sigue empeñado simplemente en negociar y negociar una edad de jubilación con unos sindicatos que no representan a nadie a cuyos miembros solo les importa ir cargando dietas a su cuenta de gastos de representación. Y así cuando llegue el momento se podrán echar mutuamente la culpa. Nadie tiene prisa y el PP tampoco, cuanto más desgastado esté Zapatero, más fácil será llegar a la Moncloa.  

Por parte de la Comunidad Europea da la impresión de que hasta en el tema de los rescates hay un orden que no puede alterarse y cada cual tiene que esperar su turno. Primero fue Grecia. Luego, Irlanda. Ahora, toca Portugal. Tras él, quizá le llegará la hora de España. Y si quedan recursos el fin de fiesta está reservado para Italia.

Nos dicen nuestros economistas que vernos en la tesitura de tener que ser rescatados tendría consecuencias terribles. Sin embargo, el rescate parece inevitable. Lo sé por lo que están haciendo los socialistas en todos los sitios donde gobiernan. Están a toda prisa convirtiendo en funcionarios a todos los que tienen colocados a dedo. Son decenas de miles de empleados públicos de las administraciones locales y autonómicas. Naturalmente, temen que lo primero que hagan los interventores cuando se hagan cargo del puente de mando sea ordenar que sean despedidos los empleados que puedan serlo y arreglárselas con los funcionarios, que no pueden ser echados.

De modo que, mientras la intervención llega, la gente del PSOE con mando en plaza no para de cargar los presupuestos de todas las administraciones con gravámenes en beneficio de amigos y correligionarios que los interventores no puedan legalmente remover. Así las cosas, cuanto más tarde el rescate, más cargado estará el presupuesto y mayores serán los sacrificios a imponer subiendo impuestos, bajando sueldos de funcionarios, abaratando el despido y bajando pensiones, que es lo que básicamente supondrá el rescate.

Corre la especie de que Zapatero no dimite ni convoca elecciones porque quiere ser él quien adopte las duras reformas que hay que hacer para que quien le suceda no tenga que quemarse tomándolas y pueda dirigir al país sin hipotecas de descrédito popular. Mentira y gorda. Se supone que el habitante de La Moncloa vio la luz en mayo. ¿Qué ha hecho desde entonces? Suprimir los dispendios disparatados que él mismo había aprobado (con la anuencia del PP), como la subvención a los parados de larga duración y el cheque bebé; hacer una reforma laboral de la señorita Pepis; incrementar el IVA un poco y reducir el salario de los funcionarios otro tanto; y amagar con las pensiones sin terminar de dar. Mientras, las administraciones públicas siguen despilfarrando y apenas nada se ha hecho en el mercado financiero, en el energético y en los múltiples negocios subvencionados que en España campean. Sólo está ganando tiempo.

Zapatero no va a hacer lo que hay que hacer y nadie del PSOE ni del PP tiene prisa en sucederle porque entonces tendría que hacerlo él. Entretanto, Moncloa, ministros y secretarios de Estado, presidentes autonómicos, consejeros y ministrines, alcaldes y concejales "a gastar y a gastar, antes de que a España vengan a rescatar".

Así que, puesto que es inevitable que tengamos que ser intervenidos, cuanto antes mejor. A ver si, entre tanto sacrificio como habrá que asumir, esa catarsis sirve para impulsar las reformas políticas que es necesario hacer y que nadie quiere acometer. Y de paso, a ver si el ciclón barre a esta repulsiva clase política que padecemos y nos trae otra que sea capaz de levantar un nuevo consenso nacional alrededor de unos intereses comunes que todos los españoles podamos compartir.

Comentarios

  1. Jose2010 dijo el día 11 de Enero de 2011 a las 15:20:00:Es hora de que los votantes se den cuenta de que el sistema actual no es muy eficaz dinámicamente y que hay que cambiarlo. Desde arriba la solución siempre llegará tarde y mal. La mejor opción es transitar a un sistema en la que la propia sociedad interaccione para resolver los problemas tan pronto como ocurran sin nadie en las alturas que pueda entorpecer el proceso.
    La solución sería el surgir de un partido político que se comprometa a exigir que los compromisos políticos se cumplan, para a continuación reformar la sociedad para eliminar la intervención Estatal en Economía. El punto débil sería que nunca se cambie lo primero, pero una vez hecho los votantes pueden realmente encauzar el rumbo del país con su voto y dejar de creer en promesas incumplibles. Aunque esto lo veo difícil, la verdad.
    En todo caso, no hace falta que el FMI venga a "salvarnos". Con permitir el oro como moneda e impedir la apropiación indebida del mismo por parte de los bancos sería suficiente para que los mercados (personas intercambiando bienes y servicios) corrijan la estructura productiva para que no vuelvan a ocurrir crisis económicas.

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  2. agricol

    Está cundiendo un pánico innecesario. En Marzo del 2012, con la mayoría absoluta, Rajoy estará en condiciones de revertir todas estas disposiciones. Y lo hará. ¿O no? Va tratarse de un sustito de 15 meses; después todo volverá a su cauce. ¿O no?
    A ver si es que el PP también comparte estas ideas. ¿O no?
    Paciendia, pronto lo sabremos. Simplemente hay que repasar el programa electoral de Rajoy, claro, definido y concreto ¿O no?
    Vamos de culo.

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