El apestado

El apestado
Alex de la Iglesia que ha sido el único presidente de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas que se ha atrevido a exigir a sus afiliados un mayor respeto a las preferencias del público español reclamando una mayor calidad en las películas y que ha tenido la sensatez de escuchar a los internautas acerca de la caprichosa y peliaguda modificación legal impulsada por la ministra de cultura, no ha tenido más remedio que anunciar su dimisión irrevocable.
Con su actitud ha escenificado lo que ya sabíamos, la existencia en el mundo del cine de un rebaño pastoreado con cayado de hierro por González Sinde, que considera a una institución privada como la Academia de cine, una simple terminal cuya misión es apoyar sin fisuras el proyecto liberticida del Gobierno Zapatero. Eso si siempre regado con las generosas subvenciones que se entregan por películas que no llegan ni a estrenarse y que son negadas a aquellos que no siguen el discurso oficial.
Si cundiera el ejemplo de albergar dudas sobre lo indudable e intentar despejarlas uno por su cuenta, ¿qué sería de la secta que se arroga la representación de la cultura? Estamos, desde luego, ante un hecho insólito. Estamos ante la aparición de un espécimen raro en estas tierras y anómalo en "el mundo del cine": ¡un individuo! En esa cofradía habrá gentecilla, habrá personajes y habrá sujetos, pero individuos, de ninguna manera. Qué excentricidad.
La Gala de los Premios Goya es la ocasión que tradicionalmente utilizan los cineastas y actores para mostrar su inquina política hacia la derecha, lanzando las proclamas que requieren sus amos siempre reclamando mayores subvenciones en premio a su fidelidad y sirve asimismo para  descalificar  la figura de aquel que tenga ideas distintas y piense exclusivamente desde el punto de vista profesional.
El principal problema del cine español es que, en lugar de ganar el favor del público con su talento, los cineastas prefieren cultivar las relaciones políticas para hacer que las subvenciones públicas permitan la subsistencia de una industria que difícilmente podría sostenerse por sí misma.  

Comentarios

  1. juanvic

    Aunque Álex de la Iglesia no es santo de mi devoción, es el único que ha demostrado aprender algo en este proceso, que el diálogo hay que hacerlo en la red, que hay que aceptar que las leyes han de ir encaminadas a facilitar los cambios en la industria.
    Se ha partido la cara con los del PSOE echándoles en cara que lo que estaba haciendo él es lo que tenían que haber hecho ellos.
    Pero claro, no se da cuenta que para Sinde un internauta es un ser encerrado 24 horas en un cuarto oscuro, con un ordenador, descargando obsesivamente "mentiras y gordas".

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  2. Divara

    Curiosamente Alex de la Iglesia y Santiago Segura son gente que hace taquilla con sus películas, y a quienes no les hacen falta subvenciones. De hecho, no estoy tan segura de que las perciban. Por lo menos en lo que concierne a las películas de Torrente, en las que ha trabajado una familiar mía, creo que toda la pasta ha salido del productor y director Santiago Segura.

    No es Zeja todo lo que reluce.

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  3. Victor Domingo

    Que la adicional segunda de la Ley de Economía Sostenible, denominada Ley Sinde, era una aberración jurídica de corte totalitario era claro y notorio; de ahí que su rechazo por el Congreso de los Diputados el pasado 21 de diciembre fue la reacción lógica de un legislador que crea firmemente en el Estado de Derecho. Pero qué poco nos dura la alegría en casa de los pobres.

    Esta semana hemos asistido y seguido, paso a paso, aún con el telón bajado, a cómo no se debe legislar en una democracia. A puerta cerrada y en un par de tardes, Gobierno y PP han reanimado la adicional que el Congreso echó a la papelera.

    Si la adicional rechazada tenía como objeto esquivar la tutela judicial efectiva y dar categoría de autoridad competente a una comisión política afecta al Ministerio de Cultura, con esta adicional –y parece ser que gracias a la aportación del Partido Popular– nos encontramos que ahora hay dos jueces para esquivar y así justificar por los pelos el argumento de que las actuaciones censuradoras de la comisión garantizan la tutela judicial efectiva.

    Lo explica en términos jurídicos muy claramente Andrés de la Oliva Santos, catedrático de Derecho Procesal de la Universidad Complutense de Madrid:

    Ustedes dicen que es necesaria una autorización judicial para requerir, cuando para requerir basta con un notario o, más barato, con un burofax. Porque requerir es pedir con cierta vehemencia: nada más. Pero resulta que si el juzgado de lo contencioso-administrativo autoriza a pedir, el efecto no es poder pedir legítimamente, sino estar obligado a acceder a lo que se pide por la administración. En vez de ese retorcimiento, ¿no podían sus señorías haber establecido que se instara o solicitara del juez el requerimiento, exigiendo, claro es, que estuviesen justificadas esas solicitudes dirigidas al juez? ¿No podían haber dispuesto que fuese el juez quien requiriese?

    Podían, pero muy probablemente no sabían o bien, lo que sería aún peor, han querido que la sujeción del presunto infractor de la propiedad sea a una autoridad administrativa, lo que constituye una perversión jurídica de primera categoría especial.

    Es evidente que el espíritu de prohibicionismo de nuestro Gobierno ha calado profundamente en el Partido Popular, quien en contra de la opinión de muchos de sus votantes ha protagonizado este paripé de corte totalitario.

    Pero no sólo por lo ya enunciado; además, la adicional segunda incorpora un punto para reformar el canon digital en el plazo de tres meses. A eso se dedica el Partido Popular, en lugar de a pedir al Gobierno que cumpla con el dictamen de Tribunal de Justicia Europeo, exima inmediatamente a las Administraciones Públicas y a las empresas del pago de esta arbitraria e indiscriminada tasa y exija la devolución del el dinero ilegalmente cobrado desde el año 2003 por este concepto. En contra de lo que están pidiendo decenas de alcaldes, muchos de ellos del Partido Popular, va ahora y avala esta tomadura de pelo al interés general.

    Así las cosas, y para colmo del elogio a lo imperfecto, el diario El País, cuya sección de cultura ha liderado desde el pasado 22 de diciembre una campaña de acoso y derribo contra tod@s para que en el Senado prosperara la adicional rechazada, editorializaba esta semana bajo este titular: Conflicto abierto, que inmediatamente subtitulaba así: Aprobar la 'ley Sinde' es una buena noticia, aunque por sí sola no solucionará el problema. ¿Alguien puede explicarme dónde está la buena noticia de aprobar una ley que no soluciona el problema por la que unos pocos se han dejado tantos pelos en la gatera? Luego que nadie se extrañe de que la sociedad civil se aleje de los partidos políticos, los cuales a pesar de tod@s y contra tod@s se empeñan en leyes de encargo que, además, no sirven para nada.

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  4. Daniel Martín López

    No entiendo muy bien de que va todo esto, porque no me he documentado, pero seguro, segurísimo que no me pierdo "los goya"

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  5. Carlos G. Barcala

    Olé por Alex de la Iglesia. Deberíamos anular esas subvenciones y crear una industria del cine(inexistente en España).

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